viernes, 7 de agosto de 2009

Desafío Cotidiano

"Hay que acordarse de olvidar todo lo malo y de recordar todo lo bueno".

Moraleja del día: Un tipo le pregunta a un anciano asombrosamente conservado cómo hizo para
llegar tan bien a esa edad, y el viejo le revela su secreto: no discutir.
El tipo, descreído, le dice: "Vamos, no puede ser por eso". Y el viejo se
encoge de hombros y le responde: "Y bueno, no será por eso".

¿Cuántas veces discutimos por cosas sin sentido, que no valen la pena y que siquiera ameritan que discutamos por ellas?. Es como si lo tuvieramos incorporado, discutimos simplemente porque sabemos hacerlo. Y a decir verdad, no está tan bueno.
Porque lo realmente malo no es la discusión en sí sino lo que viene después.
Algo a lo que podríamos llamar post-discusión.
Ahí es cuando duele más porque muchas veces, -gracias a esa discusión-, terminamos la relación y puede ser que llegado el caso, se pueda recomponer pero las palabras dichas, eso no se recompone más.

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